Según datos de la Academia Española de Dermatología (AEDV), la dermatitis atópica representa uno de los principales problemas dermatológicos en la infancia, ya que afecta a entre el 10 y el 20% de los niños españoles, especialmente a niñas de áreas urbanas.
La AEDV apunta que suele iniciarse antes de los cinco años, y su origen se relaciona principalmente con una alteración de la función de la barrera epidérmica, por mutaciones en diferentes proteínas, como la filagrina. Además, en los niños atópicos existe una respuesta exagerada frente a diferentes estímulos; en cambio, la relación con los alimentos no ha sido demostrada en todos los pacientes.
La dermatitis atópica se manifiesta por sequedad de la piel, placas enrojecidas y picor. La Dra. Eulalia Baselga, Jefa de la Unidad de Dermatología Pediátrica del Hospital de la Santa Creu i Sant Pau de Barcelona, explica que “es fundamental hidratar la piel y evitar el contacto con algunos irritantes. En los casos leves a moderados, puede ser necesario el uso de corticoides o inmuno-moduladores tópicos, mientras los casos severos pueden requerir terapias sistémicas que incluyen la fototerapia, y algunos medicamentos inmunosupresores. Una de las novedades es el empleo del tratamiento preventivo o proactivo de los brotes. Está demostrado que el uso de corticoides tópicos o inhibidores de la calcineurina dos días a la semana, en las zonas afectadas, puede prevenirlos o retrasarlos”.